Las cosas siempre pueden empeorar
Sigo con el tema de la reparación de mi casa...
Bueno, el optimista dicho con que titulo esta entrada te permite permanecer alerta y afrontar la vida con ecuanimidad. Pero resulta que, en materia de albañiles y artesanos en general, las cosas no sólo pueden sino que van a empeorar, de seguro.
Hoy llegué a la casa al mediodía y, ¿qué me encontré? Pues que dejaron un metro cúbico de piedra que usaran para la colada del concreto. Qué bueno, sino fuera porque el premio Nóbel que lo trajo lo descargó en plena entrada de mi casa, sobre un piso enlozado, loza que nos costó unos 25 USD el metro cuadrado y obra en la que invertimos unos 3000 dólares que no sobraban.
Cuando logré recobrar la calma (el dicho ayuda mucho) hablé al departamento Atención a Clientes de la constructora. Me explayé sobre eso que llaman sentido común y ellos se deshicieron en disculpas. Y no pasaron 15 minutos y ya estaba un supervisor allí, poniendo las cosas en orden.
¿Qué más se puede pedir?
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