Cubanistica y otras razones: octubre 2007

lunes, 15 de octubre de 2007

Soñar no cuesta nada

En algunos sitios que visito noto optimismo a raíz del discurso de Raúl Castro el 26 de Julio, ahora aderezado con lo que dijo a su vez el Comandante Ramiro Valdez en otro discurso, este por el aniversario del asesinato del Che Guevara. En algunos sitios mas optimismo, en otros menos optimismo, mucho, poco, a veces una pizca.

Y es que en caída libre los humanos nos agarramos de un clavo al rojo vivo. Y así debe ser. Claro, yo no soy optimista, yo soy paranoico, quiero ser pragmático y presumo de objetivo y realista. Es decir, paranoico.

Estaba yo de visita en Cuba cuando Raúl soltó su discurso. Yo lo leí en el libelo oficial pasados dos o tres días del evento y busqué y busqué y no encontré. Y ahora leí la descarga de Ramiro Valdez y me pasó lo mismo. Debo haber perdido la capacidad de leer entre líneas pues, si había algo allí que fuera esperanzador, debió estar sepultado a un nivel al que sólo los entendidos logran llegar. O los optimistas.

Y mientras leo y leo en los sitios, mi a veces pérfida memoria sólo me muestra recuerdos de aquello que se llamó el proceso de rectificación. Sucedió por los finales de los 80, principios de los 90, no recuerdo bien (ah memoria, deja que te coja…). Entonces también alguien dijo (Fidel, Lage, Raúl, da igual…), que había que rectificar, que había que tener ideas novedosas, que había que eliminar lo mal hecho y tener ideas renovadoras y eso y que había que celebrar ardientes asambleas donde los enardecidos trabajadores rectificaran y enmendaran lo mal hecho y eso y en fin… No recuerdo que alguien dejara establecido si lo mal hecho estaba mal hecho por los dirigentes o los dirigidos. Pero bueno, esas son minucias en un proceso tan revolucionario como es una revolución dentro de la Revolución. Sí señor…

Y en ese entonces la gente optimista y de buena fe también creyó que esa era la Hora, que tocaban a rebato, que ahora es cuando es y no cuando tú decías, y dijeron y criticaron y despotricaron y se sintieron en los albores de la democracia proletaria y se sintieron parte de la cosa. Y ahí se quedó la cosa.

Y ahora, casi 20 años después, como polvorientos y anquilosados mosqueteros, regresan los mismos de entonces a hablar de lo mismo.

Si un optimista me lee diría que son otros los tiempos. Que Fidel está, con dijeran Bob D. y Axel Roses, kno-kno-knockin' on heaven's door. Y tendrá razón. De hecho tendría mas razón si dijera que Fidel está tocando mas bien on the hell´s door. Pero yo, ¡ay!, yo soy fiel a mi paranoia; yo sigo viendo, desde mi cómodo exilio, que este intento de gatopardismo criollo sólo adiciona mas cinismo al discurso de nuestros tropicales dinosaurios. Y es que la paz del inmovilismo es dulce y difícil de perturbar. Vaya, que no va a pasar nada.

O como dirían los mex, que nos están dando atole con el dedo.

martes, 9 de octubre de 2007

¡Cubanos por el eufemismo, seremos como el Ché!

Ahora el orador fue Ramiro Valdez, uno de los comandantes históricos de la Revolución. Lo sacaron de emergente en la polvorienta y aburrida ceremonia de aniversario de la muerte del Che. Y allí Ramiro el esclarecido desplegó su visión renovadora.

De repente se acordó el orador que la economía cubana es un desastre. Le llevó 50 años llegar a esa conclusión y ver que el sistema económico cubano se sostiene por la caridad ajena y por el aguante y docilidad increíbles de nosotros los cubanos. Y llamó a una “revisión crítica” de la política económica en Cuba. Convocó al debate, llamó a “…una mayor comprensión de los problemas, la búsqueda colectiva de soluciones que no podrán ser nunca mágicas, que tienen que basarse en el trabajo, en la capacidad del país para generar recursos…”. Electrizante.

Y hasta dejó claras sus esperanzas. Dijo el Comandante histórico:

Lo que esperamos de este debate es que nos ayude a romper con la inercia, el dogmatismo y el estilo burocrático, a desarrollar el enfoque creador, a liberar donde estén trabadas las fuerzas productivas y a lograr que nos acostumbremos a revisar y actualizar críticamente las fórmulas que aplicamos en la economía”. Je, je, las fuerzas productivas, que frase, digna de los materialistas históricos, junto al papel del proletariado y esas cosas.

En fin, lo que se puede esperar es… más de lo mismo. Seguir retorciendo los mecanismos a ver como se puede meter el cuadrado en el círculo, o sea, capitalismo pero en el cubanismo: empresitas mixtas, con españoles, canadienses, italianos y otros tiburones engordando a costa de la ineficiencia del gobierno cubano, cero iniciativa privada cubana y en fin, la bobería que tiene al país arruinado y a la sociedad demolida desde hace medio siglo.

Tan fácil como sería decir: Economía de mercado. Pero eso se les trabaría en la garganta a los dinosaurios. Prefieren seguir perdiendo tiempo y oportunidades. Y aunque tengo pocas esperanzas, ojala me equivoque.

miércoles, 3 de octubre de 2007

Himmler el envidioso

Heinrich Luitpold Himmler fue el creador de los campos de concentración nazis. Inclusive, con macabra eficiencia alemana, convirtió muchos de ellos en productivas empresas que apoyaban la industria bélica y de consumo. Sin embargo nunca tuvo la oportunidad de vanagloriarse de los resultados de su administración, de su efecto en la salud humana, en las consecuencias que tendrían las condiciones de vida de los prisioneros en su futuro a corto y mediano plazo.

Cuando se terminó la Segunda Guerra Mundial, los prisioneros sobrevivientes de los campos de concentración regresaron a sus lugares de origen y retomaron sus vidas. Y Himmler murió; apenas tuvo 7 u 8 años para su experimento. Además, ni la Escuela Johns Hopkins de Salud Pública de la Universidad estadounidense de Loyola ni la Universidad de Cienfuegos estuvieron en ese entonces para analizar el caso de los campos de concentración nazis. Tuvieron que pasar 65 años para que les interesara estudiar un nuevo pero también sórdido experimento a gran escala: el período especial de los años 90 en Cuba.

Estas instituciones tuvieron la rara oportunidad de estudiar a la población de todo un país, pudieron darle seguimiento con rigor científico, con estudios estadísticos, con datos sólidos y oficiales, a 11 millones de personas que sufrieron malnutrición durante años y que, a pesar de ello, tuvieron que aumentar su actividad física de forma brutal durante el llamado período especial cubano. En este caso, para delicia de los científicos, la gran mayoría de los 11 millones de especímenes aun están en Cuba, disponibles para ser estudiados y admirados.

Y concluyeron los insignes investigadores que el período especial fue beneficioso para la salud de los cubanos. La neuropatía, bueno, pues un efecto secundario de tanto beneficio. Y Fidel, fiel seguidor de la ciencia, debe estar pensando que eso de la vida sana, activa y la moderación en la alimentación es un logro más de la Revolución.

Pero es la siguiente frase la gran ausente en los informes de Himmler al Führer:

En la prueba "… grandes efectos sobre la diabetes, enfermedades cardiovasculares y la mortalidad de todo tipo fueron relacionadas con la sostenida pérdida de peso de la población como resultado de una mayor actividad física y una reducida ingestión de calorías…"

Y Himmler, muerto esta vez de envidia, diría: Carajo, se me pasó esa...