Según el tío…

Tengo un socio que tiene un tío comunista. O más bien, oficialista, es decir, de esos a los que les ha ido muy bien con el régimen de Fidel y, por ende, lo defiende. Hasta que les empieza a ir mal. Pero esa sería otra historia. Esta historia es sobre el tío confrontando al díscolo sobrino, que salió de Cuba hace unos años y ya no regresó.

El tío es un tipo que presume de informado, él se las sabe todas. Sabe estadísticas; conoce cuál es el índice de mortalidad infantil en Bhutan, cuál es el ingreso per capita en la Guyana Holandesa y cuantas calorías ingiere el cubano entre los 35 y los 40 años de edad. El tío puede manejar cifras asombrosas e inútiles y razonar conclusiones contundentes que no interesan a nadie. El tío se siente tan astuto como, digamos, Fidel, que es su ídolo. Una vez Fidel le estrechó la mano y el tío no se la quería lavar, así de mentecato es.

Y así el tío le pregunta al sobrino cuál es su salario allá en México, a ver, y lo mira con cierta sorna, porque el tío sabe que en el capitalismo la plusvalía no permite que el pueblo perciba salarios decorosos. “2,000 dólares mensuales, más o menos…”, le responde el sobrino y el tío diligentemente sumerge el instrumento de pescar fundamentos en unos de sus privilegiados hemisferios cerebrales y saca de su profusa reserva de información un dato vital y le espeta al sobrino, “Pues no es gran cosa, en Europa un profesional gana el doble de eso…” y, acto seguido, vira la espalda y da por zanjada la cuestión pues, según el tío, 2,000 dólares mensuales es una mierda.

Todavía si dijéramos 1000 pesos cubanos, respaldados por libreta de abastecimiento y viajecitos al extranjero, eso sí sería un ingreso del que hablar…

Y aun anda el sobrino, que ni siquiera tiene título universitario, rascándose la cabeza, perplejo, a ver como le hace saber al tío que hay unas cosas que se llaman poder adquisitivo, salario mínimo, costo de la canasta básica y otras pequeñeces por el estilo, que hacen que la comparación entre Europa y el Tercer Mundo sea, dicho suavemente, una burrada…