Poesía, que rima con galimatías…
El fin de semana andaba desempolvando discos y reencontré uno que se llama “Éxitos de La Nueva Trova”. Por supuesto, lo volví a escuchar; muy buen disco.
Sin embargo, lo que me llamó particularmente la atención fue una de sus canciones: “Vida”, de Santiago Feliú. La había oído muchas veces, pero ayer me propuse escucharla. Yo no soy muy bueno para entender las letras de las canciones, las palabras se me escapan y casi nunca recuerdo las letras. Por lo general disfruto más la música que la letra. Pero con esta canción en particular quedé perplejo: no entendí nada.
También es enigmatica “Sueño con serpientes”, de Silvio, pero ahí lo surrealista se nota y se aprecia: no hay nada que entender, sólo disfrutar la imagen de una serpiente que se atora con un trébol de la sien del poeta. O aquello de que “él que anduvo intacto, rodó por la tierra, huérfano, desnudo, herido, sangrando…”. Sencillo, bello. Viene a la mente Miguel Hernández, pues los genios tienen factor común. Y los poetas… Y esto me lleva a lo siguiente.
Para hacer poesía no basta con unir frases enigmáticas que pretendan trasmitir un mensaje elevado y sublime. Por eso, cuando no se es poeta, sale algo así:
Vida, vendrás quemando el eco
que quiera tener lo viejo,
quien no tuvo nunca manos
ni palabras por tu triunfo
Y así en ese estilo va la canción. Quizás uno pueda encontrar algún mensaje en alguna que otra estrofa…
Vida, la montaña está en la sangre,
en tantas calles,
la montaña está pariendo el porvenir
de este planeta.
Ah, es una onda izquierdista, diría uno: la montaña, que evoca la guerrilla y por tanto el porvenir, que está siendo parido (aunque en temas de partos poeticos uno prefiera el corazón parido por la era…) y eso. Pero, de pronto, ya al final, está el colofón que dice:
Vida, a la muerte le queda un tiro
y un corazón te defiende
y hace de tus alas grandes
una historia para siempre por el amor
¿Seré yo, que carezco de la sensibilidad y perspicacia para penetrar la urdimbre del texto? Quizás. Pero bueno, en fin, la música está buena y la chamaca con nombre escandinavo que acompaña a Feliú en el canto tiene una voz aceptable.
Duro oficio el del poeta (y mas duro para el que no lo es…)
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