Los artistas llegaron ya, y llegaron bailando cha cha cha
Desde que escribí por primera vez algo en la güeb, a principios de siglo, por allá en el extinto y primitivo foro del Nuevo Herald, los foros, y más recientemente los blogs, han proliferado a un ritmo vertiginoso. Ya existe inclusive una blogósfera y yo no me canso de admirar este fenómeno, del cual soy parte diminuta y entusiasta.
Los cubanos de la nación cautiva desgraciadamente participan muy poco de esta bonanza global de la comunicación. Al momento de escribir esto, había 545 blogs cubanos contabilizados por Blogs sobre Cuba; de ellos, muy pocos escritos desde adentro de Cuba, si bien el más famoso, Generación Y, pertenece a ese reducido grupo.
He visitado muchos de los blogs cubanos, algunos cotidianamente. Y así he llegado a conocer los lugares donde se da cita, y parafraseo una frase del Abicú Liberal, “nuestra acomplejada diáspora culta”. Así es pues que la Internet y la blogósfera han sido descubiertas por artistas e intelectuales cubanos exiliados y ha resultado esto en la gran oportunidad para que estas personas, principalmente escritores, periodistas y artistas plásticos, hayan creado su cofradía virtual.
Leyendo lo que estos personajes escriben, los temas que tratan y la forma en que lo hacen, me doy cuenta que escriben solamente para sí mismos y sus pares. Han encontrado un (otro) país de Nunca Jamás, sin redactores ni censores (bendita sea la Internet), donde pueden alardear eternamente de su sapiencia y habilidad para redactar ante otros que sólo esperan su turno para hacer lo mismo. Puede resultar algún escrito una perorata barroca, aburrida y espesa, pero basta con que otro intelectual le deje un comentario acerca de “cuán profundo, certero y agudo es el análisis que haz realizado…”, para que el escritor de marras acuse recibo y se enfrasque en la fabricación de otro denso lingote. Y es que los artistas viven, en última instancia, de y para las alabanzas.
Ellos se conocen entre sí; se leen, aplauden, rechiflan, aman, reconfortan, odian y vilipendian entre ellos. Y, si alguien cae de su gracia, es denigrado y arrastrado por el lodo digital, llevado de un sitio a otro por enlaces furibundos, acumulando denuestos y opiniones con conocimiento de causa. Todos se conocen de la UNEAC, ICRT o Asociación Hermanos Saíz y ¡ay del que no tenga una trayectoria contestataria, autentica y documentada! Retorcimientos elitistas de la grey intelectual, frase esta que le escamoteo también al Abicú Liberal.
Y no es que ande yo descubriendo el agua tibia: en cualquier país los intelectuales se refugian entre ellos mismos, agrupándose por estratos cuya composición tiene que ver con el éxito y la fama. Yo, ignorante consumidor de algunas formas del arte, sólo conozco los estratos superiores y a los otros, pues me los tropiezo en la güeb.
Y aunque esta comunidad de artistas e intelectuales puede resultar muy aburrida en ocasiones, cuando se agudiza su autismo, en otros momentos, que ojala se multipliquen, puede resultar entretenida y agradable.
Por lo menos los tolero mejor que a los políticos.
2 comentarios:
Está muy bueno esto... Salud.
jorge ferrer
Gracias JF. Por cierto, tu link me lleva a un callejón sin salida
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