Todos somos negros
Uno de esos ejercicios de quién no tiene otra cosa mejor que hacer, aparece en la Jiribilla, y es promocionado por el mensaje diario que hacen llegar los consulados cubanos a la nación exiliada. Se trata de una iniciativa que se llama Raza y racismo en Cuba: debate en la isla. Hasta el centenario de la fundación del Partido Independiente de Color (PIC) están celebrando estos señores. Y a no ser que sea un sutil mensaje clamando por el pluripartidismo, no sé que sentido tiene andar clamando por un partido cuya esencia es precisamente racista.
Y es que estas son las cosas que me hacen bostezar. No sé a que viene ese renovado afán de poner a los negros en el fondo de la cadena alimenticia si toda la nación cubana es discriminada y ubicada en enésima clase. Si el dinosaurio leyera Tengo con detenimiento, lamentaría no haber metido a Nicolás Guillén en la carcel por burlón y disidente.
Además, esas reivindicaciones lo que logran es exacerbar el racismo en lugar de atenuarlo. Dividen, no unen. Véase el ejemplo de los Estados Unidos de Norteamérica, donde en el afán de hacer ver que no hay racismo con los negros, resulta que convirtieron a estos en una nación aparte, racista y portadora, además, de valores altamente cuestionables; ahí se jodió el meeting pot. Nosotros los cubanos, muy a pesar de lo que puedan decir estos intelectualillos redentores, no tenemos ni remotamente tales problemas.
¿Qué anda buscando entonces esta gente?
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