Soñar no cuesta nada
En algunos sitios que visito noto optimismo a raíz del discurso de Raúl Castro el 26 de Julio, ahora aderezado con lo que dijo a su vez el Comandante Ramiro Valdez en otro discurso, este por el aniversario del asesinato del Che Guevara. En algunos sitios mas optimismo, en otros menos optimismo, mucho, poco, a veces una pizca.
Y es que en caída libre los humanos nos agarramos de un clavo al rojo vivo. Y así debe ser. Claro, yo no soy optimista, yo soy paranoico, quiero ser pragmático y presumo de objetivo y realista. Es decir, paranoico.
Estaba yo de visita en Cuba cuando Raúl soltó su discurso. Yo lo leí en el libelo oficial pasados dos o tres días del evento y busqué y busqué y no encontré. Y ahora leí la descarga de Ramiro Valdez y me pasó lo mismo. Debo haber perdido la capacidad de leer entre líneas pues, si había algo allí que fuera esperanzador, debió estar sepultado a un nivel al que sólo los entendidos logran llegar. O los optimistas.
Y mientras leo y leo en los sitios, mi a veces pérfida memoria sólo me muestra recuerdos de aquello que se llamó el proceso de rectificación. Sucedió por los finales de los 80, principios de los 90, no recuerdo bien (ah memoria, deja que te coja…). Entonces también alguien dijo (Fidel, Lage, Raúl, da igual…), que había que rectificar, que había que tener ideas novedosas, que había que eliminar lo mal hecho y tener ideas renovadoras y eso y que había que celebrar ardientes asambleas donde los enardecidos trabajadores rectificaran y enmendaran lo mal hecho y eso y en fin… No recuerdo que alguien dejara establecido si lo mal hecho estaba mal hecho por los dirigentes o los dirigidos. Pero bueno, esas son minucias en un proceso tan revolucionario como es una revolución dentro de la Revolución. Sí señor…
Y en ese entonces la gente optimista y de buena fe también creyó que esa era la Hora, que tocaban a rebato, que ahora es cuando es y no cuando tú decías, y dijeron y criticaron y despotricaron y se sintieron en los albores de la democracia proletaria y se sintieron parte de la cosa. Y ahí se quedó la cosa.
Y ahora, casi 20 años después, como polvorientos y anquilosados mosqueteros, regresan los mismos de entonces a hablar de lo mismo.
Si un optimista me lee diría que son otros los tiempos. Que Fidel está, con dijeran Bob D. y Axel Roses, kno-kno-knockin' on heaven's door. Y tendrá razón. De hecho tendría mas razón si dijera que Fidel está tocando mas bien on the hell´s door. Pero yo, ¡ay!, yo soy fiel a mi paranoia; yo sigo viendo, desde mi cómodo exilio, que este intento de gatopardismo criollo sólo adiciona mas cinismo al discurso de nuestros tropicales dinosaurios. Y es que la paz del inmovilismo es dulce y difícil de perturbar. Vaya, que no va a pasar nada.
O como dirían los mex, que nos están dando atole con el dedo.
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