El comandante en caída libre
Las llamadas reflexiones de Fidel se han convertido en un chiste. Se dice que ahora, por fin, reflexiona.
El anciano, haciendo honor a lo de genio y figura hasta la sepultura, quiere aun ser el protagonista egocéntrico de todo lo que sucede o está por suceder. Escribe (o mas probablemente dicta a su amanuense) sobre cualquier cosa, de manera alucinada, a trompicones; desde la crítica a la construcción de un submarino en Inglaterra, pasando por una diatriba en contra de los biocombustibles o el destino de dos infelices boxeadores, hasta llegar a su eterna obsesión, los Estados Unidos y, en esta ocasión, su papel en la historia de Cuba.
Tal parece que está apresurado por dejar sus ideas con la esperanza de que algun aburrido aprendiz de historiador las lea en el futuro. Sabe que va cuesta abajo, que ya no podrá vociferar discursos de seis horas desde un estrado, que ya no será mas la figura alta e emblemática, que se está acabando su era y ya no le alcanza el tiempo para decir todo lo que quisiera, para continuar con las ideas compulsivas y las obcecaciones.
Quiere dejar todo listo, como en una atropellada confesión, para cuando llegue el momento de escribir “Patria o muerte” y ya para entonces Patria no sea una opción…
2 comentarios:
Oye... Ta rico el reportaje de los tiburones criollos. Voy a poner tu blog in link con el mio: "La Muela Libre"
Dale, mete mano, dame la direccion para poner el tuyo aqui
Publicar un comentario