Cuando los buenos se vayan…
Los buenos son ellos, los que crearon un sistema de educación amplio e incluyente, los que fomentaron un sistema de salud pública gratuita y de buen nivel, los que abrazaron la causa del deporte y trajeron muchas victorias cubanas. Los buenos crearon un sólido sistema de racionamiento, que ha amparado a 4 generaciones, para que todos los cubanos recibieran lo mismo, fuera mucho o fuera poco, repartiendo así, de manera equitativa, la miseria.
Los buenos renegaron del capitalismo, lo anatematizaron, y sólo quisieron sus ventajas y bienes para sí, para sus causas, dijeron, y no para la gente, porque estas se corrompen muy fácilmente.
Los buenos corrieron a ayudar a hermanos en desgracia y pelearon sus guerras: liberaron Namibia, humillaron a la Sudáfrica racista, apabullaron a somalíes, a angolanos disidentes, a algún que otro judío, sacrificando solamente la vida de algunos miles de cubanos en el empeño.
Los buenos envían a los médicos y maestros cubanos al extranjero, en pos de causas nobles, a ayudar a otros pueblos, haciendo que, como consecuencia, se desmoronen los sistemas de educación y salud en Cuba.
Los buenos dicen que el mundo es malo, que hay que saber escoger a los amigos y por eso abrazan a Hugo Chávez, que les regala petróleo.
Los buenos se erigieron en clase y ocuparon los mejores barrios, las mejores mansiones y casas de la Ciudad de La Habana. Dejaron para sí las mejores opciones, prebendas de todo tipo, lugares exclusivos y un buen nivel de vida. Los buenos dicen que ellos pueden hacerlo así porque saben resistir los cantos de sirena, es decir, el modus vivendi del capitalismo, y disfrutar del mismo sin corromperse. Usan con desprecio los celulares, ropa de diseñador, caros perfumes, se obsequian relojes Rolex, autos, bienes de consumo de todo tipo, todos viles y capitalistas, y ni siquiera se sonrojan. Los buenos están por encima de eso.Los buenos predicaron que Revolución, Socialismo y Patria son la misma cosa. Que no hay necesidad de pensamiento alternativo, que ellos tienen todas las respuestas y que los demás, sean quienes sean, están irremisiblemente equivocados. Los buenos dividieron a los cubanos en cubanos dignos, que son los que piensan como ellos y los apoyan, y los traidores, que son los que pensamos de forma diferente a los buenos. Como resultado dos millones de cubanos nos convertimos en traidores, en malos, y centenares de miles de familias quedaron divididas, en nombre de lo Bueno.
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Los buenos están de salida. Se extinguirán y en cinco o diez generaciones serán sólo un absurdo y lejano recuerdo. Así debe y tiene que ser, y ojala que sea lo más pronto posible. Quizás los extrañe algún latinoamericano izquierdista trasnochado; los malos definitivamente no los vamos a extrañar.
Los malos dejaremos entonces de serlo, Cuba será sólo La Patria y todos los cubanos seremos lo que siempre debimos ser: simplemente cubanos.
Feliz Navidad y todo lo mejor a todos en el 2008, porque todo lo futuro siempre es mejor.
Un abrazo
Iskan el Cubano